Fuente: Metro.
Imagen: Universal Studios.
Fecha: 2-12-08.
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El director del Servicio de Arqueología de Barcelona, Ferrán Puig, afirmó que los restos, encontrados boca abajo, pertenecen a la parte central de un barco de origen atlántico de no más de 15 metros de eslora (longitud) y 3 de manga (anchura). El reconocimiento de su origen se debe a que la técnica de construcción aplicada fue el tingladillo, consistente en la colocación escalonada de los tablones de madera).
El barco se desmontará pieza a pieza para trasladarlo al Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña que se encuentra en Gerona (España). Allí se mantendrá sumergido en agua y resina durante 4 años para fortalecer su madera. Tras este periodo, será devuelto de nuevo a Barcelona.
En cuanto a éste último punto, explica la investigadora que podía deberse a la diferente metabolización y tolerancia al alcohol de las mujeres frente a los hombres.
Las arqueas son microorganismos descubiertos en un principio en ambientes extremos, pero ahora se sabe que se encuentran en todo tipo de habitats, formando uno de los más abundantes grupos de organismos de la Tierra.
El descubrimiento ha sido posible gracias a la recuperación del receptor 1 de la melanocortina de un fósil de hace 43.000 años que procedía de la cueva de El Sidrón (Asturias - España) y de otro de hace 50.000 años que procedía de la cueva de Monte Lessini (Italia).
Explicó Lazuela-Fox que "hay dos pigmentos y el gen MC1R regula ambos interaccionando con una proteína. Si funciona de forma correcta, se sintetiza el castaño y si hay mutación, se sintetiza el rojizo".
En el instituto Max Planck de Alemania injertaron el gen mutado en células de piel cultivadas, comprobándose que se sintetizaba la feomelanina (proteína de los pelirrojos).
Según el investigador español, "Nuestros antepasados venían de África y conservaban el gen que les protegía de la radiación solar. Al salir hacia Europa, donde el sol no es tan intenso, ese control genético se relaja y, por selección natural, triunfó esta mutación".
La primera vez que se produjo la mutación fue hace 500.000 años y tuvo lugar en los Neandertales. Hace unos 40.000 años volvió a darse, pero esta vez en los Homo Sapiens, obteniendo también aclaramiento de piel y del pelo pero a través de una mutación diferente.
El investigador cree que localizó el MC1R por suerte. «Lo iba buscando, pero realmente no sabía lo que me iba a encontrar. No hay que olvidar que hay un millón de mutaciones genéticas entre nosotros y los neandertales, de los 3.000 millones de nucleótidos que tenemos. Este es la primera que se encuentra», explica.