De casi todos es conocido que la ingesta de bebidas calientes puede reducir los síntomas de la gripe o del resfriado común, o mejorar la congestión nasal y el dolor de garganta. Pero hasta ahora no se había realizado ningún estudio clínico sobre el tema.
La revista Rhinology publicó en diciembre de 2008 un estudio de los doctores Ron Eccles y A. Sanu, del Centro del Resfriado Común (Common Cold Centre) de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), primero en su clase, dedicado a los efectos de bebidas calientes en el flujo de aire nasal y en los síntomas del resfriado común y la gripe.
Comprobaron en 30 voluntarios (21 mujeres y 9 hombres) de edades comprendidas entre los 18 y 36 años, que padecían gripe o resfriado común, que era realmente beneficioso el consumo de bebidas calientes, frente a bebidas a temperatura ambiente. Mientras las segundas sólo aliviaban los síntomas de moqueo nasal, tos y estornudos, las bebidas calientes además aliviaban el dolor de garganta, los escalofríos y el cansancio.
Para el estudio utilizaron un refresco de grosella negra y manzana, bebida típica utilizada como remedio local. Dicho refresco tiene la ventaja de ser bajo en azúcar y calorías, pero muy dulce. Así que tanto el sabor, como el olor y la temperatura pueden tener efectos psicológicos en la mejora de los pacientes.
Por ejemplo, según el investigador R. Eccles, las bebidas calientes tienen un sabor más intenso que estimula el flujo de saliva y moco, lubricando y suavizando la nariz y la garganta, y puede ayudar a eliminar bacterias y virus.
Aunque no existía un estudio como éste, si los había similares. En concreto, dedicados a alimentos calientes como la sopa de pollo que mostraban resultados idénticos. Es más, parece ser que la sopa de pollo contiene componentes que ayudan a disolver las mucosidades en los pulmones y reducen la inflamación.
Afirma el investigador Ron Eccles, en la imagen superior, que la gran virtud de este tratamiento es que es "barato, seguro y efectivo".
