Una serendipia es un descubrimiento accidental, afortunado e inesperado, y la ciencia está llena de ellas...
En la revista Annals of Neurology se ha publicado que por primera vez fueron implantados unos electrodos en el hipotálamo (área asociada al apetito y a los trastornos alimenticios) a una persona en 1993, para tratar de reducir las ganas compulsivas de comer. El paciente de 50 años y con un peso de 190 kilos, fue intervenido en el Hospital Universitario de Toronto (Canadá) por un grupo de cirujanos liderados por el doctor Andrés Lozano.
Durante la intervención, el paciente describió escenas que habían transcurrido hacía más de 20 años y cuanta más electricidad recibía, más detalles recordaba.
Le realizaron tests de inteligencia antes y después de participar en la terapia con los electrodos, y comprobaron que ésta no variaba, pero sí mejoraba la memoria. Sin embargo, la terapia no funcionó con la obesidad porque el paciente se desactivaba los implantes.
Actualmente, se está comprobando si esta terapia, y sus repercusiones en la memoria, funciona con 6 personas más, o fue simplemente un caso aislado.
La revista Nature publica un estudio realizado por Mark Saunders y Adam Lea, investigadores del Centro de Investigación de Riesgos de la Universidad de Londres, en el que se afirma que el aumento de medio grado centígrado de temperatura en el mar se puede asociar al incremento e intensidad de huracanes, un 40% de 1996 a 2005, en el Atlántico norte.
Para la investigación se ha utilizado el promedio de huracanes formados desde 1950, en el Atlántico norte tropical, el mar Caribe y el golfo de México, región que produjo prácticamente el 90% de los huracanes que alcanzaron EE.UU. en la última mitad del siglo pasado.
También afirman que los huracanes se ven afectados por los cambios de la temperatura superficial del mar, fomentando en un 40% su creación.
Entre 1970 y 1994 el incremento ha sido del 16%, y entre 1995 y 2000 del 82%. Según el modelo creado por los investigadores, y basado sobre todo en las temperaturas registradas en la capa superficial del mar y en las primeras de la atmósfera, se espera que la actividad de los ciclones aumente. Aseguran que su modelo explica hasta un 81% de las variaciones de 1965 a 2005 y permite prever el futuro de una forma fiable.
Fuente: Gustavo Catalán Deus para elmundo.es. Imagen: www.fondosescritorio.net. Fecha: 30-1-08.
Los paleontólogos Erik Trinkaus y Hong Shang, de la Universidad de Saint Louis de Missouri (EE.UU.) publicaron en la revista digital New Scientist un estudio que demuestra el uso de calzado por el ser humano hace 40.000 años.
En el estudio se comparan los huesos del pie de un esqueleto hallado en una cueva de Tianyuan (China), los de inuits (o esquimales) tardo-prehistóricos que utilizaban calzado para protegerse del medio helado y los de norteamericanos del Paleolítico que caminaban descalzos.
La conclusión a la que llegan los investigadores es que existe una alteración morfológica en las falanges de los pies de los individuos que usaban calzado: los huesos son más finos por utilizar una fuerza menor durante la pisada. Al contrario que los nativos americanos, cuyas falanges son más fuertes y largas.
El esqueleto incompleto de Tianyuan , cuyo peso estimado es de 83 Kg, fue fechado con precisión mediante las pruebas de radiocarbono que se le aplicaron a él y a diferentes muestras del sustrato donde se encontraba. Esto sugiere la utilización del calzado entre las poblaciones euroasiáticas en el Paleolítico Superior.
En la imagen superior podemos ver las falanges de los pies de humanos prehistóricos. En las dos filas de arriba aparecen huesos más finos y largos, hecho que revela el uso de calzado.
Fuente: El Mundo, www.elmundo.es. Imagen: Erik Trinkaus. Fecha: 29-1-08.
Tras una investigación paleontológica de granos de polen fosilizados, hallados en una cueva de Pinilla del Valle, en el Valle del Lozoya, se ha determinado que en la Sierra de Guadarrama (Madrid - España) hubo bosques de abedules, alisos, avellanos y hayas, especies características de zonas más frías y húmedas, exceptuando alguno que aún resiste (el Hayedo de Montejo).
Se han encontrado evidencias de la presencia humana durante el Pleistoceno Superior (2 dientes de Homo Neandertalis y útiles de piedra tallada) en el yacimiento de Pinilla del Valle.
La coordinadora de la investigación y paleontóloga, Blanca Ruiz Zapata, de la Universidad de Alcalá de Henares, afirma que los habitantes del Valle del Lozoya practicaron la ganadería extensiva. Crearon prados a costa de talar bosques para que pudiera pastar el ganado vacuno y caprino. Esto se ha averiguado, analizando unas plantas herbáceas ligadas al nitrógeno procedente de los excrementos del ganado.
Con este estudio se corrobora la caída de las precipitaciones y el calentamiento lento y progresivo del Guadarrama desde hace 10.000 años, cuando se da el comienzo de la última y actual época de la EraCuaternaria (Holoceno).
Fuente: El Mundo. Imagen: www.elmundo.es. Fecha: 4-2-08.
Hans Eiberg, profesor de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), afirma tras 10 años de investigaciones, que los orígenes de los ojos azules se encuentran en una zona situada entre Afganistán y el MarMuerto.
Eiberg publica en un artículo de la revista Human Genetics que desde el principio de la existencia humana sólo existían los ojos marrones, pero en el Neolítico tuvo lugar una mutación en un gen adyacente al gen OCA2 de un individuo, condicionando su acción.
El OCA2 es el implicado en la producción de melanina (la que da color a partes del cuerpo como cabellos, ojos o piel) y puede dosificar su cantidad únicamente entre el marrón y el verde. El marrón de los ojos se reduce tras la mutación para que el iris se ponga claro. Los albinos, precisamente, tienen desactivado el gen OCA2, que se encarga de producir el color marrón, por lo que tiene los ojos de un color azul a violeta (Albinos tipo 1) o azul (Albinos tipo 2), excepto en razas oscuras que es color café.
Examinando el ADN de personas con ojos azules que vivían en la India, Jordania, Turquía y Dinamarca, descubrió que procedían del mismo antepasado genético en la región asiática.
La extensión de los ojos azules pudo ser debida a una migración de los seres humanos hacia las zonas donde más predominan hoy en día.
Fuente: El Mundo, www.elmundo.es. Imagen: Google. Fecha: 4-2-08.