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miércoles, 17 de agosto de 2016

La esclerosis múltiple (EM).

La esclerosis múltiple (EM) o mielopatía desmielinizante es una enfermedad crónica neurodegenerativa que afecta únicamente al sistema nervioso central (SNC) y puede ser diagnosticada mediante una biopsia.






Se dice que es una enfermedad del tipo desmielinizante. Al inflamarse y destruirse las vainas de mielina, que recubren los axones de las neuronas en las fibras nerviosas, se interrumpe la habilidad de los nervios para conducir impulsos nerviosos.


La mielina es una lipoproteína (complejo macromolecular de proteínas y lípidos) que se halla en el SNC (encéfalo y médula espinal) y en el sistema nervioso periférico (SNP) (nervios de los órganos y miembros).


En el proceso de desmielinización que se produce en los enfermos de EM, la barrera hematoencefálica (formada por células endoteliales que cubren las paredes de los vasos sanguíneos) es atravesada por un subgrupo de leucocitos: las células-T (o linfocitos T), que acaban atacando la mielina del SNC. Las células-T acaban reconociendo las células propias como ajenas y las atacan como harían con un virus. Mientras, otras células inmunitarias, las citocinas (proteínas que regulan la comunicación intercelular) y los anticuerpos (o inmunoglobulinas) provocarán un proceso inflamatorio a la vez.



Esta enfermedad (la EM) aparece por causas desconocidas y es autoinmune, como he explicado más arriba, pues el sistema inmunitario ataca a las células sanas del propio organismo.

La manifestación de los diferentes subtipos de EM puede ser progresiva o por brotes (períodos de recaída y remisión). Afecta a casi 2,3 millones de personas en todo el mundo y, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), a 46.000 personas en España. De ellos, la mayoría son jóvenes (20 a 40 años) y mujeres.

Aunque no es hereditaria, hay constancia de que la genética del individuo influye. Incluso se habla de una posible combinación de factores genéticos y medioambientales (carencia de vitamina D, presencia de toxinas, clima, geomagnetismo) o de factores genéticos y enfermedades infecciosas (virus). En la imagen siguiente podemos ver cómo afecta la EM especialmente a las poblaciones del hemisferio norte según aumenta la distancia al ecuador.


Azul: riesgo alto
Rojo: riesgo alto probable
Naranja: riesgo bajo
Amarillo: riesgo bajo probable
Verde: gradiente de riesgo de norte a sur / de sur a norte
Blanco: otros riesgos

Existe medicación eficaz para frenar su avance y combatir los síntomas que pueden aparecer: parálisis parcial, adormecimiento corporal, rigidez, temblores involuntarios, alteraciones visuales o auditivas, cansancio, hormigueo, debilidad en las extremidades, y/o falta de equilibrio. Una de las más conocidas es el Interferón β1a y el Interferón β1b que logran disminuir el número de recaídas.

Parece que la vitamina D se utiliza para la prevención de la EM. Adquirida por exposición solar es muy recomendable, pero la podemos encontrar también en sardinas, atún, bacalao, salmón, carne de cerdo, huevos y leche.



Fuentes: www.ejecentral.com.mx, salud.facilisimo.com, www.info-farmacia.com, biohumana35.blogspot.com, genomasur.com, Wikipedia.
Imágenes: celulasmadreadultas.org, www.parkinsonysalud.com, www.info-farmacia.com, Wikipedia.
Fecha: 17-08-16.