La microtia es una malformación congénita que hace que nazcan sin pabellón auricular (o con una oreja pequeña y deforme) los bebés. Pero esta malformación parece que puede llegar a subsanarse, a posteriori, tras la investigación llevada a cabo por bioingenieros y médicos de la Universidad de Cornell (Nueva York - EE.UU.).
Éstos han sido capaces de crear una oreja artificial mediante la utilización de la ingeniería de tejidos y la impresión en 3D.
La buena noticia es que no sólo podría solucionarse el problema en esos casos. Aquellos en los que haya daños en el pabellón auricular por cáncer o traumatismos también podrían verse beneficiados de la nueva tecnología.
Según se explica en la revista PLOS ONE, editada por Public Library of Science, se crea inicialmente una imagen tridimensional de un pabellón auditivo, y a continuación se reproduce un molde plástico mediante una impresora 3D para la posterior estructura de colágeno de la oreja.
Posteriormente, se recubre el molde creado con un gel y, por último, se introduce en un baño de células cartilaginosas para producir el crecimiento de cartílago.
Aunque se ha realizado con células de vacas, aseguran que podrá hacerse con células humanas del paciente sin problema alguno. Veamos el resultado final.
En este proceso de generación de un pabellón auricular mediante terapia génica ex vivo, se ha comprobado que (como se puede ver en la imagen superior) una oreja reducirá su tamaño 3 meses después de su implantación si no posee una construcción celular para mantener su fidelidad anatómica original. El pabellón de la derecha mantuvo el tamaño original, frente al de la izquierda que se redujo significativamente.
* Hay dos tipos de terapias génicas:
In vivo: la transformación celular tiene lugar dentro del paciente al que se le administra la terapia.
Ex vivo: la transformación celular se lleva a cabo a partir de una biopsia del tejido del paciente y luego se le trasplantan las células ya transformadas.
Un equipo de bioingenieros de la Universidad de California-San Diego (UCSD) (California - EE.UU) ha publicado, en la revista Science Translational Medicine, el desarrollo de un hidrogel que es capaz de reparar daños cardíacos tras un infarto.
Dicho hidrogel, que está compuesto de células cardíacas del paciente, genera una estructura celular en la zona dañada tras el infarto. Favorece la estimulación de nuevas células y vasos sanguíneos regenerando el músculo cardíaco y reduciendo la lesión en la zona del infarto.
Un punto más que interesante es que su aplicación no es extremadamente invasiva, puesto que se introduce a través de un catéter en el paciente.
Tras el éxito conseguido en un tipo de cerdo, el equipo dirigido por Sonya Seif-Naraghui, espera que comiencen este año los ensayos clínicos en Europa.
El hidrogel está compuesto de tejido cardíaco conectivo liofilizado, que es molido y licuado finalmente. Tras entrar en contacto con el corazón, y debido a la temperatura corporal, pasa a ser semisólido.
Las pruebas realizadas con animales demostraron que el hidrogel no produce efectos secundarios en el corazón como arritmias, inflamación o nuevas lesiones. Y tampoco los produce en la sangre humana como la coagulación.
*Nota: La liofilización es un proceso mediante el cual se congela un producto y posteriormente es introducido en una cámara de vacío para realizar la separación del agua por sublimación (estado sólido a gaseoso directamente). De esta manera se elimina el agua desde el estado sólido al gaseoso del ambiente sin pasar por el estado líquido. Es utilizado para conservar alimentos y medicamentos.