María José Jurado, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid (España), participó en las primeras fases del Proyecto NantroSEIZE. Este proyecto, formado por 21 países, pretende perforar las zonas de alta actividad sísmica de los fondos oceánicos para estudiar el origen de los terremotos y tsunamis e instalar equipos permanentes de observación.
Mediante el buque japonés Chikyu se han perforado 1.400 metros bajo tierra tras sortear casi 4.000 metros de agua. La perforación se ha llevado a cabo a 100 kms al sureste de Japón, en la fosa de Nankai, donde convergen las placas tectónicasFilipina y Euroasiática. En este lugar se localizaron los epicentros de 2 terremotos que asolaron Japón en 1944 y 1946, y que superaron el 8 en la Escala de Ritcher. Entonces fallecieron más de 1.300 personas en cada terremoto.
Fuente: El Mundo. Imagen: web-japan.org/nipponia. Fecha: 6-3-08.
El halcón pregrino (Falco peregrinus), es un ave rapaz que podemos encontrar prácticamente en todo el planeta, exceptuando Asia central, el desierto del Sáhara y parte de Sudamérica.
Este ave es considerada ornitófaga porque su alimentación está basada principalmente en aves (palomas, tórtolas, tordos, estorninos, etc.), aunque esporádicamente haya cazado algún mamífero (ratas, ardillas, etc.).
Frecuentemente, las rapaces superan los 180 km/h al abatirse sobre sus presas, pero esta rapaz puede alcanzar casi 300 km/h, lo que la convierte en el animal más veloz del mundo. Hablando de grandes velocidades, sobre el terreno firme nos encontramos con el incombustible guepardo (Acinonyx jubatus), que alcanza hasta 114 km/h; y en el mar, al pez vela (Istiophorus platypterus) que alcanza los 109 km/h.
Tiene una época de puesta al año (marzo a mayo), con un número variable (2 a 5) huevos. Aunque suelen aprovechar huecos de rocas, o el abrigo de grandes grutas, también pueden invadir los nidos de otras rapaces.
El investigador español Carles Lalueza-Fox, de la Universidad de Barcelona (España), ha publicado en la revista Science su descubrimiento de la mutación que se produjo en el gen MC1R de los Neandertalesconsiguiendo un propósito evolutivo: piel clara y pelo rojo. Aunque en el Homo Sapiens no se produjo la misma mutación, sí alcanzó los mismos resultados.
El descubrimiento ha sido posible gracias a la recuperación del receptor 1 de la melanocortina de un fósil de hace 43.000 años que procedía de la cueva de El Sidrón (Asturias - España) y de otro de hace 50.000 años que procedía de la cueva de Monte Lessini (Italia).
Explicó Lazuela-Fox que "hay dos pigmentos y el gen MC1R regula ambos interaccionando con una proteína. Si funciona de forma correcta, se sintetiza el castaño y si hay mutación, se sintetiza el rojizo".
En el instituto Max Planck de Alemaniainjertaron el gen mutado en células de piel cultivadas, comprobándose que se sintetizaba la feomelanina (proteína de los pelirrojos).
Según el investigador español, "Nuestros antepasados venían de África y conservaban el gen que les protegía de la radiación solar. Al salir hacia Europa, donde el sol no es tan intenso, ese control genético se relaja y, por selección natural, triunfó esta mutación".
La primera vez que se produjo la mutación fue hace 500.000 años y tuvo lugar en los Neandertales. Hace unos 40.000 años volvió a darse, pero esta vez en los Homo Sapiens, obteniendo también aclaramiento de piel y del pelo pero a través de una mutación diferente.
El investigador cree que localizó el MC1R por suerte. «Lo iba buscando, pero realmente no sabía lo que me iba a encontrar. No hay que olvidar que hay un millón de mutaciones genéticas entre nosotros y los neandertales, de los 3.000 millones de nucleótidos que tenemos. Este es la primera que se encuentra», explica.
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y del Institut de Recerca Biomédica de Ciencias Fotónicas (IRB), ambos de Barcelona (España), comprobraron que un rayo de luz láser es capaz de estimular en las neuronas el crecimiento de su axón (terminación que conecta con otras neuronas estableciendo la sinapsis) y de guiarla en la dirección deseada sin tocarla.
Pablo Loza-Álvarez, investigador del ICFO, explicó: "Hemos visto que los filopodios, que son las pequeñas ramificaciones al final del axón que exploran el entorno para decidir hacia dónde crecer, buscan el haz de luz".
Aunque las pruebas se realizaron in vitro, con neuronas de un embrión de ratón, abren una nueva vía de investigación para la regeneración neuronal.
El equipo de investigadores trabajó utilizando técnicas de microscopía multifónica, proyectando durante un tiempo, 3 horas aproximadamente, un potente haz de luz láser superconcentrado que funcionaba con pulsos ultracortos (encendiéndose y apagándose 80 millones de veces por segundo).
Los puntos verde y azul, que podemos ver en las imágenes superiores, indican el lugar donde incidió el haz de luz láser.
Fuentes: El País, www.icfo.es. Imágenes: www.icfo.es. Fecha: 19-2-08.
Científicos de EE.UU. y Fin-landia identificaron el gen que abre y cierra los estomas de las plantas, cuya apertura depende de la temperatura o la hu-medad ambiental.
Los estomas, que participan en la fotosíntesis, son unos pequeños poros que se encuentran en la superficie de las hojas de las plantas. Por ellos transcurre el intercambio gaseoso: salida de Oxígeno (O2) y entrada de Dióxido deCarbono (CO2), y la pérdida de agua en forma de vapor en el proceso de trasnpiración.
Con este descubrimiento, podrían crearse cultivos trangénicos adaptados a la sequía.